María López es una auditora que pagaba antes 12 bolivianos por un kilogramo de pimientos, ahora cancela ese mismo monto económico por casi tres kilogramos.
Ella es solo una entre centenares de personas que dejaron de ser clientes de supermercados para convertirse en “caseritas” del Mercado Campesino de Cochabamba, donde la venta es del productor al consumidor.
Y es que, de un tiempo a esta parte, ese mercado, ubicado en Valle Hermoso (avenida Siglo XX), es un referente incluso para la gente “bien”, expresa una de las comerciantes de tomate, Paulina Vega.
Durante las cuatro jornadas de funcionamiento del mercado -lunes, miércoles, viernes y sábado- se puede ver a centenares de compradores que casi no regatean con las comerciantes porque los precios “sorprenden”.
María López es una de ellas y llega desde la zona norte de la ciudad. Asegura que con “cálculos fehacientes” -por ser experta en el área- le demostró a su esposo que valía la pena emprender un viaje de unos 20 minutos hacia el Mercado Campesino porque el ahorro era de casi un 50 por ciento .
MÁS POR MENOS La pareja de esposos confesó que en principio no quería ir al mercado porque pensaba que la venta era al por mayor, considerando que gran parte de los comerciantes son productores. No obstante, las “caseritas”, tienen opciones interesantes para las familias.
Por ejemplo, para los que no quieren una cuartilla de tomate, porque piensan que puede terminar malográndose en casa, las “caseritas” ofrecen paquetes de “dos pesitos”.
Esta opción es realmente un paquete porque los dos bolivianos equivalen a una bolsa de hule mediana repleta de tomates y como “yapa”, las comerciantes dan un nutrido ramo de quilquiña para añadir a la llajwa o las ensaladas.
Este tipo de ofertas convierten al Mercado Campesino en uno de los pocos puntos de comercio donde uno o dos bolivianos tienen todavía valor.
COMODIDAD No obstante, algunas personas consultadas en los supermercados indican que frente a la economización prefieren la comodidad.
“El tiempo vale oro”, sugiere Freddy Tórrez, mientras se pasea con su carrito por un supermercado de Cochabamba.
Agrega que, aunque implique pagar más, su día de compras no dura ni media hora, pues en el supermercado todo está a la mano.
Ademar Tarque
Contador
En el Mercado Campesino se abaratan los costos de ciertos productos, no solo respecto a los supermercados sino también al resto de los mercados que tenemos en Cochabamba. Aquí uno puede economizar mucho.
Yo vengo todos los fines de semana y compro casi todos los productos de la canasta familiar.
Haciendo cálculos, acá la arroba de papa me venden a 15 bolivianos menos que en el resto de los centros de abasto.
Sara Soliz
Comerciante
En el Mercado Campesino vendemos todo del productor al consumidor, hasta el zapallo el fruto entero.
Un zapallo de casi 100 kilogramos está a 98 bolivianos.
O sea el kilogramos está a menos de un boliviano.
Las minoristas te venden cada kilogramo a tres bolivianos.
Las verduras generalmente traemos de Vila Vila, Parotani, Tablas Monte, entre otros lugares de la región.
Rosa Otalora
Productora de papa
Nosotros somos productores de papa en Morochata y traemos nuestro producto solo los sábados, porque ese día se vende mejor.
La carga de papa, de una de las mejorcitas está a 300 bolivianos. Estas cargas generalmente nos compran los dueños de restaurantes o los propietarios de supermercados. Las familias no levantan mucho, a pesar de que sale más barato comprar en cantidad.
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