El panorama en la Uyustus es preocupante, es notoria la existencia de marañas de cables de electricidad que rozan los plásticos con los que los comerciantes forran sus puestos. El riesgo de que pueda ocurrir una desgracia similar aún es probable.
En el oscuro panorama en la parte del mercado Huyustus que la madrugada del viernes sufrió un incendio de magnitud, algunos comerciantes se dedican a reconstruir sus anaqueles, lijar lo quemado y colocar pintura sobre lo poco que quedó.
En tanto, la ministra de Desarrollo Productivo, Verónica Ramos, se comprometió ayer, previa presentación de listas y documentos de los comerciantes, a gestionar con los bancos para que éstos amplíen el tiempo para el pago de los préstamos adquiridos para la compra de mercadería, de ese modo incentivar la recuperación del sector.
Por su parte, los concejales Jorge Silva y Mavel Machicado anunciaron, cada uno por su lado, el trabajo de un proyecto de ley que prohíba el uso de juegos pirotécnicos.
Machicado visitó ayer sábado, en la tarde, a los comerciantes de la Huyustus y realizó la entrega de 10 mil bolivianos como apoyo personal para coadyuvar de alguna manera en mitigar las pérdidas del sector.
También se presentaron Paola Morgoya y Julia Peña, ambas ejecutivas de los gremialistas a nivel departamental, y anunciaron que realizarán una asamblea este lunes para buscar la manera de ayudar al sector afectado.
No se mencionó algún sistema de protección que evite incendios ni medidas para cambiar el uso de las lonas plásticas o reordenar la cantidad de cables expuestos que hay en el lugar. El secretario de la Asociación de Comerciantes de la Huyustus, Germán Mamani, volvió a recalcar que la mayoría de los afectados necesitan un capital de arranque y la condonación de la deuda que más del 95% de los comerciantes adquirieron.
Mamani agradeció la entrega de la concejala Machicado y pidió a su sector calma y paciencia para olvidar la “pesadilla”
Piden graderías
Julieta Pardo Ferrufino es una de las propietarios que perdió todo su capital en el incendio, con las manos llenas de pintura, los ojos hinchados y rojos, pidió junto a otras señoras que las autoridades, además de ayudar con los bancos, les faciliten graderías. “Yo sé que eso va a levantar la moral de mis compañeras. Que nos den graderías y que sea pronto ahí, aunque vendiendo dos calzones podemos empezar”, dijo.
Ayer en la tarde, familiares y amigos de Pardo, junto con otras personas, se dedicaron a limpiar, pintar y dar mejor aspecto a lo que quedó del incendio.
Solución en la Illampu
El propietario del hotel cercano al depósito de ropa que sufrió también un incendio la noche de Año Nuevo se comprometió con los comerciantes de la ropa quemada que ayudará en la recuperación de ese capital para reducir la pérdida.
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