Saturday, January 2, 2016

Dos incendios devoran parte de la Uyustus y un galpón en la Illampu

Mientras la ciudad celebraba la llegada del año 2016 entre bailes, fiesta, comida y juegos pirotécnicos, los comerciantes del sector Uyustus Alto y de la calle Illampu vivieron una pesadilla: el fuego devoró sus mercaderías, sueños y esperanzas.
El incendio en la Uyustus comenzó a las 0:20, aproximadamente, según los comerciantes, y desde las 0:30 los vecinos clamaban por ayuda, pero el fuego fue devorando todo lo que encontró a su paso, desde un CD que cuesta un boliviano con cincuenta hasta un equipo de computadora o un electrodoméstico de última generación que superan los 7.000 bolivianos.
Los comerciantes que viven en las proximidades de las calles, Angélica Azcui, Calatayud, Policarpio Eyzaguiree y el Padre Vertonio lanzaron la voz de alerta.
El llanto y los gritos se fundían con el fragor de las llamas.
Una comerciante con la voz acongojada y agarrándose la cabeza gritaba: "¡Es mi puesto, ayudénme por favor, mis cosas” y una mujer pedía agua para apagar el fuego que devoraba sin compasión todo su capital.
Los dueños de lo ajeno no estuvieron ausentes, se hicieron pasar por dueños y querían llevarse alguna mercadería. Dos ladrones fueron sorprendidos, pero escaparon aprovechando el caos.
Por el fuego se cortó la energía eléctrica en la zona y eso avivó el temor de los vecinos, solamente las llamas resplandecían la calle atiborrada de casetas.
Al promediar las tres de la madrugada, policías y bomberos controlaron el fuego y precintaron el lugar del siniestro para que nadie ingrese al sector.

Un fuego artificial que cayó en un poste de luz habría sido la causa del incendio y las llamas llegaron hasta los cuatro metros e hicieron reventar las ventanas de algunos edificios. Los vecinos que viven en esa calle salieron con lo que tenían puesto.
El dirigente de ese sector, Germán Mamani, contó que un petardo cayó al techo de uno de los puestos y el fuego se inició lentamente, pero fue creciendo llegando hasta los 195 puestos. No se conoce el daño económico.
Cuando salió el sol, lo único que quedaba era promontorios de artículos chamuscados y calcinados. Los cables del alumbrado público colgaban de un lado a otro, las casas parecían pintadas con tiza negra y los cristales de las ventanas estaban rotos.
El subcomandante de Bomberos, Jorge Ramirez, informó que la inaccesibilidad del sector hizo demorar la ayuda porque no pudieron ingresar los carros bomberos. "Los puestos entorpecieron la extinción (del fuego)”.
Pero no fue la única desgracia, hubo otro incendio que comenzó a las 0:50, según algunos testigos. Un depósito de ropa que era usado por las "mañaneras”, ubicada en la calle Illampu, dejó sin mercadería a 200 comerciantes que venden en la mañana.
En este caso, un juego pirotécnico también habría sido la causa del incendio. Éste cayó a un ambiente improvisado para usarlo como depósito. La construcción de adobe y techo de paja fue consumida rápidamente.
En este caso, los responsables son cinco extranjeros alojados en el Hotel Continental. Ellos estaban en la puerta del hotel, festejando la llegada del Año Nuevo. En cuanto se dieron cuenta de lo ocurrido huyeron del lugar.
Los bomberos no llevaron la suficiente agua y los vecinos tuvieron que correr con sus baldes para aplacar el fuego.
Después de una hora dos carros bomberos llegaron con abundante agua y el incendio re

Algunos detalles
Datos Al menos nueve zonas quedaron sin electricidad por el voraz incendio en Alto Uyustus. La empresa de servicio Delapaz reparó el servicio al finalizar la tarde de ayer.
Acuerdo El subalcalde del macrodistrito Centro, Fernando Valencia, informó que los responsables del incendio en la calle Illampu llegaron a un acuerdo para el resarcimiento.



Incendio en una casa por una vela
A las 0:38 de este 1 de enero, el batallón de bomberos Antofagasta recibió una llamada de emergencia para sofocar un incendio en la zona de Miraflores, en la calle Haití.
La causa del fuego fue una vela encendida que estaba en un pesebre.
El subcomandante de Bomberos, Jorge Ramírez, informó que el hecho se produjo por imprudencia de los propietarios de la casa. "La vela se cayó del pesebre y se produjo el incendio”.
El 1 de enero, Bomberos recibió en total tres llamadas de emergencia.
La primera fue a las 0:38 por la propietaria de una vivienda de la calle Haití. La segunda fue a las 0:46 porque un voraz fuego devoraba los puestos de venta de Alto Uyustus.
La tercera llamada fue a las 0:46. Una vecina pidió ayuda a los funcionarios porque un depósito de ropa de las mañaneras, ubicado en la calle Illampu, se estaba quemando y era difícil controlar las llamas.
"Se produjeron tres incendios desde velas encendidas, uso y la mala manipulación de fuegos pirotécnicos”, informó el subcomandante.
La más difícil de sofocar fue el el incendio de Alto Uyustus por la gran cantidad de puestos y la falta de acceso de vehículos.



Testimonios
Teresa Valdez Limachi
Vendedora de la Uyustus
Todo quedó en ceniza
El puesto de doña Teresa Valdez fue y es el único ingreso económico de su familia. Cuando llegó al lugar todo ya estaba quemado.
"Cuando llegué a mi puesto todo ya estaba quemado, quise apagar el fuego que había en mi puesto, pero las personas que estaban a mi lado me agarraron, me arrastraron para apartarme del lugar”, contó llorando. A su lado estaba su hija que le daba consuelo encontrando las mejores palabras para comenzar de nuevo.

Jhanet Cuaquira
Vendedora de la calle Illampu
La pérdida es de dos mil dólares
Jhanet Cuaquira vende chamarras de cuero importado. Sólo rescató 10 prendas.
"Yo salgo a vender a las seis de la mañana y me voy a las nueve, con esto sustento mis estudios de la universidad y mantengo a mi hija. La pérdida económica es de 2.000 dólares”, explica sollozando.
Ella cuenta que llegó al lugar a las dos de la mañana y no podía hacer nada, sólo gritaba "¡ayuda!” a las personas que estaban a su alrededor.

Rosa CAllisaya
Vendedora de la Uyustus
Debo al banco 40 mil bolivianos
Rosa Callisaya vendía calzas. Desconsolada, dijo que ella pidió prestado dinero de un banco y de su hermana para surtir las prendas porque en estas fechas se genera un mayor movimiento económico.
"Me presté dinero del banco, para surtir con nuevos modelos mi puesto, ¿de dónde voy sacar los 40.000 y los otros 28.000 bolivianos que me presté de mi hermana? Todo lo he perdido en casi dos horas, lo que he conseguido en 30 años de trabajo y de esfuerzo”, dijo.

Pablo Mamani
Cargador de la calle Illampu
Un aparapita se trepó al techo
Pablo Mamani es un cargador que trabaja en la Illampu. El aparapita carga los bultos de las "mañaneras”.
" Me trepé al techo de la casa, para intentar rescatar algo y ayudar a sofocar las llamas que llegaron hasta tres metros. He tratado de salvar las cosas jalando los bultos, pero no he podido. En una de ésas he caído, me golpeé la cabeza, pero más bien no me ha pasado nada”, contó Mamani que tiene 45 años aproximadamente.

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