Baños en mal estado, calaminas con goteras, muros a punto de caerse y una red de alcantarillado deteriorada, son parte del deterioro que sufre el mercado Papa Paulo, ubicado en la avenida del mismo nombre, según constataron ayer los concejales Edwin Jiménez y Sergio Rodríguez.
El baño no tiene energía eléctrica, agua ni inodoros. Las puertas están rotas y tampoco cuentan con lavamanos. A pesar de sus deficiencias es utilizado por mujeres, hombres y niños. Ante la falta de sanitarios, las personas de la tercera edad utilizan una silla sin sentadera para realizar sus necesidades.
“Los de la Alcaldía han venido, han puesto ese letrero de baño, pintaron un poquito la pared, el letrero que dice varón y mujer. Nos dieron estos tanques inmensos que ni siquiera tienen agua, eso nos ha dejado. Les hemos pedido que pongan puerta, lavamos y detergente y no nos traen nada”, dijo la comerciante, Mirian Huaranca.
Otro de los problemas es el mal estado del alcantarillado. Las comerciantes deben echar el agua estancada en las cámaras de forma manual con baldes porque sólo cinco de las seis cámaras funcionan.
A ello se suma que sufren robos de ollas, garrafas, dinero y mesas desde hace cinco años. Los delincuentes ingresan al centro de abasto por la pared de la casa contigua que está abandonada. En época de lluvia el mercado se “inunda” por las goteras de las calaminas de antaño en el sector de comidas.
Los concejales estuvieron acompañados de asesores técnicos del Concejo Municipal, que verificaron las condiciones en las que se encuentra el mercado. El concejal Jiménez detalló que solicitará una “proyecto de mejoramiento integral” a la Alcaldía.
“Hay que realizar un mejoramiento, una intervención integral para arreglar este mercado que va servir a favor de los ciudadanos y comerciantes”, dijo. “El mercado ya se está derrumbando”, lamentó la representante de los comerciantes, María Elena Maldonado, quien pidió al alcalde José María Leyes “cumplir su promesa” y refaccionar el lugar.
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