- “Dice que hay una caseta en venta. ¿Tú no quieres?”, pregunta una vendedora.
- “Pero, la de su lado que se compre”, responde otra.
- “Es que dice que no tiene plata. ¿Tú no quieres?”, insiste la primera.
Las ofertas de puestos municipales se conocen de manera informal, sin letreros de venta, porque se realizan por encima de la ley en mercados y vías públicas de la cuidad de Cochabamba. Estos espacios son de propiedad del municipio. La Intendencia otorga las autorizaciones y quienes los ocupan son adjudicatarios y no propietarios.
El jefe interino de la División de Sitios Municipales, Gonzalo López, explica que la Ley Municipal 0048/2014 establece en su artículo 15 la prohibición de transferencias temporales, alquileres, anticréticos o ventas.
Sin embargo, en una investigación que realizó OPINIÓN evidenció que se incurre en irregularidades. Algunos vendedores accedieron a conversar con este medio, sin revelar sus nombres. Los precios de la venta ilegal de puestos municipales en los centros de abasto van desde los dos mil dólares hasta los 80 mil. Depende de la zona de ubicación y el “prestigio”.
En el mercado La Pampa los sitios oscilan entre los 25 mil y los 80 mil dólares, en el mercado La Paz entre 50 mil y 80 mil, en el Calatayud alrededor de 25 mil.
Los puestos más escondidos son menos caros, hasta 20 mil dólares, como en calles adyacentes al mercado La Paz. Los espacios para anaqueles en vías como la avenida San Martín o las calles Punata y Totora están entre 6 mil dólares y 10 mil, aunque los que tienen lugares menos estratégicos suelen ofrecerse hasta en 2 mil.
La Intendencia conoce de estos casos.
López resalta que quienes infringen la norma son pasibles a la anulación de la autorización en el puesto, la clausura y la reversión.
“Hay muchos sitios municipales que se han negociado y lamentablemente hay gente incrédula que por necesidad incurre”.
La intendente Luz Rojas, manifiesta que hay denuncias de corrupción de la anterior gestión municipal.
“Desde que estoy (en el cargo), ya vamos con más de 50 casos. Por eso tengo las marchas. No es que les quitamos los puestos, sino que los llevamos a reversión por esos indicios que les hemos encontrado”.
El concejal secretario, Carlos Coca, reconoce que es difícil hacer controles y que es necesario regular el tema.
SIN BULLA Una vendedora del mercado La Pampa describe que se enteran de los puestos en venta “por rumores”. Dependiendo de características: si es una caseta, un anaquel o un espacio para mesa, los costos varían. También influye si está en un lugar de mayor concurrencia de gente, más cercano a las calles o en una esquina. En los sitios privilegiados de este centro de abasto los precios llegan hasta los 80 mil dólares. Los más bajos son de 25 mil.
Carolina (nombre cambiado) compró un espacio en un área de venta de concurrencia menor a otras zonas, hace 10 años, a 5 mil dólares. Los mismos espacios ahora se cotizan entre 19 mil y 20 mil.
“Son ventas que se hacen internamente”.
Los comerciantes firman documentos privados en los que se establece el monto acordado de la venta ilegal.
Pedro (nombre cambiado) vende en inmediaciones del mercado La Paz.
Él sabe que los sitios son del municipio y no de su propiedad, pero reconoce que se venden. Argumenta que los montos que piden incluyen el mantenimiento de las estructuras, la pintura en las casetas e incluso las “conquistas sociales” porque en muchos casos no fue fácil acceder a espacios en los mercados.
“En la Alcaldía no entienden. Tiene que ver también con la estructura, el tiempo de lucha, eso es lo que se transfiere. Además está el prestigio de algunas zonas, donde es más seguro y se atiende hasta más tarde, por ejemplo”.
Un comerciante del mercado Calatayud describe que la situación en ese centro de abasto es similar a los anteriores casos. En tono de complicidad comenta lo que ocurre.
“Está prohibido vender casetas, aquí. Pero está en unos 25 mil dólares”.
SOLO UNO Conforme a norma, cada persona puede acceder a un solo sitio municipal.
Sin embargo, en diferentes mercados se observan espacios dobles, casetas que ocupan dimensiones de tres metros por 1.5, sin considerar avances. Los comerciantes explican que los mismos están a nombre de dos personas diferentes, en muchos casos se trata de parejas. Entonces no existe observación porque “es una caseta de cada uno”.
Vendedores del mercado La Pampa revelan que existen personas a cargo de muchas casetas.
“Las normas no se cumplen. Hay gente que tiene hasta 15 casetas o más y ponen a nombre de sus hijos. De eso están enterados los dirigentes”.
LOS MAÑANEROS Los comerciantes denominados mañaneros son los que instalan puestos improvisados, generalmente de ropa, en las madrugadas de los días miércoles y sábado hasta las 07:00 horas, en San Antonio y en inmediaciones del mercado La Paz.
El concejal Coca recordó que estos puestos ya no pagan el denominado “sentaje” desde hace años. Pero, se conoció que espacios también se comercializan. Por tratarse de lugares donde la venta no es todo el día, los costos son menores y oscilan entre los 5 mil y los 7 mil dólares.
Dirigentes aseguran legalidad
Entre las organizaciones gremiales existen grupos antagónicos, pero ambos coinciden al mencionar que desconocen de irregularidades como la venta de sitios municipales.
El secretario general de la Federación de Gremiales de Cochabamba, Carlos García, sostiene que ellos conocen que está prohibido vender sitios.
“Nosotros, con los dirigentes, siempre hablamos eso, los compañeros no pueden hacer ningún traspaso”.
Este sector es afín a la dirigente Enriqueta Imaca a quien en varias oportunidades acusaron por irregularidades en ventas y otorgación de puestos.
García dice que como representante y de manera personal no sabe de estos temas.
El representante de la Confederación Nacional de Gremiales de Bolivia, Freddy Gonzales, también asegura que esos casos no son de su conocimiento.
“Ese tema no conozco, no sabemos de denuncias de que nuestros afiliados hayan vendido puestos”.
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